Nos referiremos al adolescente que presenta “dificultades escolares”.
Las causas de las dificultades escolares son tan variadas como las circunstancias de la vida y actividades de los niños y adolescentes. Con razón ha sido denominado el problema de las mil causas.
Y es que el adolescente es el ciudadano del futuro que está desarrollando el proceso de construcción de su identidad, y si fracasa con continuidad, pone en riesgo dicho proceso de personalidad futura.
Para que este proceso se lleve a cabo adecuadamente es necesario considerarlo como una persona en su conjunto, es decir, de forma integral y que evoluciona en un entorno dinámico, el cual va a determinar su conducta, su pensamiento característico y su escala de valores; su personalidad, su yo auténtico.
En la práctica diaria, un adolescente presenta dificultades escolares cuando sus resultados pedagógicos a partir de un determinado momento están claramente por debajo de sus capacidades intelectuales.
Nos estamos refiriendo a escolares que intelectualmente están dentro de la normalidad, que aún poseyendo capacidad de esfuerzo en la ejecución de conductas observables, no muestran una satisfactoria capacidad de asimilación de conceptos.
Es bien cierto que el desarrollo bio-psico-social de los seres humanos depende de factores genéticos y ambientales; no podemos obviar la importancia de la herencia en las capacidades individuales, pero el entorno familiar, social y cultural ejerce desde el nacimiento un decisivo papel que se plasma diariamente durante la infancia y adolescencia en el rendimiento escolar global.
Es bueno recordar de vez en cuando al pedagogo
V. García Hoz cuando afirma que: “Calificar con el mismo nivel a todos los alumnos es una injusticia. El fracaso escolar
nace de convertir los exámenes en sanción social y no en acción pedagógica”.
El profesional que entiende la salud de forma integral, debe disponer de la formación, información y sensibilidad necesarias para ser capaz de escuchar, entender y ayudar, coordinando la intervención multidisciplinar y reorientando las situaciones de bajo rendimiento y desinterés escolar que van a ser decisivas para su autoestima, bienestar y salud mental futura.
Las dificultades empiezan a dejar de serlo cuando se abordan de forma adecuada y eficaz.
Corresponde a la escuela complementar la labor familiar en dos aspectos:Oscar Wilde que para hacer hombres buenos es preciso hacer niños felices, y un niño o un adolescente que tiene dificultades escolares no puede ser muy feliz.investigar las causas, y en esa búsqueda está el punto donde converge la coordinación de todos los profesionales relacionados con el desarrollo y la atención integral de los adolescentes.
El sistema escolar es abierto y como tal interacciona con su entorno y de él recibe los objetivos, los valores, los contenidos y los recursos.
El fracaso escolar, de tan desafortunado nombre, es y seguirá siendo un tema recurrente porque el sistema está diseñado para que tenga lugar éxito o fracaso. Es una equivocación fijar el síntoma; lo que se debe hacer es darle solución, pero no encasillar al alumno como “fracasado”.
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